Disfrutemos del paseo
miércoles, 14 de abril de 2010
Un paseo por Santa María de los Buenos Aires
Disfrutemos del paseo
jueves, 1 de abril de 2010
La Calesita
Llora la calesita / de la esquinita sombría / y hace sangrar las cosas /que fueron rosas un día...
Una historia con muchas vueltas
En España lleva por nombre Tiovivo; en Francia, Carrusel, pero acá en Argentina tiene un nombre sinónimo de infancia: Calesita. La historia de la calesita es un rompecabezas cuyas piezas no han sido unidas por la historiografía, pero es importante intentarlo, ya que Argentina es uno de los pocos países -el cuarto del mundo- que conserva esta tradición. Hasta tal punto este juego prendió en la cultura que la palabra “calesita” es porteña. “Vamos a jugar a la calesita”. La expresión primigenia era otra: “Juego de los caballitos”. Cuando todavía no existía la diferencia entre calesita y carrusel – las estructuras fijas que sólo giran y aquellas en las que, además de girar, los caballitos suben y bajan, el juego consistía en un caballo con orejeras que giraban como una noria y a su lado, en una calesa (pequeños carros de cuatro ruedas que se utilizaban en Europa central para llevar a las ciudades los productos de la tierra), iba corriendo un hombre.
Se cree que la primera forma conocida -según un viejo grabado alemán- se manifestó en Turquía y llegó a Europa por el misterioso camino de los viajeros. En Francia, Inglaterra y Alemania se convirtió en un juego de nobles. El tiempo la hizo un juego de niños.
El primer juego de caballitos que llegó a Buenos Aires era francés y se instaló entre 1867 y 1870 en Barrio Parque, que quedaba entre lo que hoy es el Teatro Colón y el palacio de Tribunales. Hubo que esperar hasta 1930 para que apareciera la primera fábrica, Sequealino e hijos, una firma de herreros italianos de Rosario, que hizo más de mil calesitas para América Latina. Con ellos ganó la forma que tiene hoy este juego: unos treinta lugares para ser ocupados.
En aquellos tiempos las calesitas aparecían en los llamados huecos de
La calesita está representada en un gran abanico de aspectos de la cultura argentina: en la literatura -no sólo para niños, sino para adultos- en la poesía, en la música, en el teatro, en el cine, en la pintura, en la fotografía... hasta en la publicidad. Este juego retoma la pasión por lo circular que siempre ha tenido el hombre, que incluye manifestaciones particulares como el asado, el fútbol o el tango. No se puede concebir un porteño que no se haya subido a una calesita. La calesita aparece en los libros de lectura para chicos desde el 1900, como texto y como imagen. Pero una vinculación especialmente intensa es la de la calesita con el tango, que no ignoró la presencia de este juego en la vida cotidiana y le dedicó piezas antológicas. Hay que comenzar, por supuesto, por la grabación más famosa: “
En la literatura hay numerosas menciones: lo hacen Leónidas Barletta, Bernardo Verbitsky, Juan Ortíz. También en la narrativa infantil: María Elena Walsh es autora de “
Hoy en la ciudad de Buenos Aires hay más de 30 calesitas. Casi todas están ubicadas en plazas y fueron construidas por Sequalino Hermanos. Las más clásicas tienen caballos de madera, otras tienen distintos animales y aviones. Una de las más célebres está en Parque Chacabuco:
Fuente: http://www.barriodeflores.com.ar/la_calesita.htm
…y para seguir “dando vueltas” sobre el tema
http://www.educared.org.ar/infanciaenred/pescandoideas/archivos/2010/03/mira_buenos_air.asp
http://www.lascalesitas.com.ar/
http://www.calesitasdelsur.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Calesita
http://www.clarin.com/suplementos/viajes/2005/07/10/v-02101.htm